Hace apenas dos meses Microsoft lanzaba al mercado Kin, una propuesta de teléfono móvil en dos modelos enfocados en la vida social a través de la integración con las redes mas usadas en la actualidad. Aunque a primera vista parecía que podría tener éxito entre el público joven el resultado final ha sido uno de los mayores fracasos de la empresa de Redmon.
Y es que si nos fijamos en las cifras veremos lo caro que le ha salido a Microsoft este error: tras un gasto estimado de 1000 millones de dólares para la puesta en marcha del teléfono al final se han vendido apenas 500 unidades, lo que nos lleva a un coste de 2 millones por unidad vendida.Cierto es que examinando un poco el terminal nos podíamos hacer una idea de que no tendría mucho futuro: el sistema operativo no es el esperado Windows Phone 7, sino que han optado por un sistema Windows CE cerrado, donde no se pueden instalar aplicaciones y que la integración de las redes sociales se realiza a través de pequeños widgets que no cubren todas las funcionalidades.
Sin la posibilidad de instalar aplicaciones tampoco puedes disponer de juegos, razón importante por la que ese público joven al que iba enfocado el teléfono haya optado por otras alternativas. Además las tarifas de voz asociadas al terminal se han establecido muy altas.
Finalmente han suprimido funcionalidades básicas como el envío de MMS y la mensajería instantánea, además de no ofrecer una experiencia total al navegar por la web (no se podían visualizar vídeos de YouTube por ejemplo).
Microsoft ha cerrado el proyecto destacando que el foco actual del desarrollo móvil está centrado en la evolución de Windows Phone 7, alternativa real a los actuales sistemas de la competencia.
Vía: barrapunto