Hoy, un corte de un cable de fibra óptica a las afueras de Madrid debido a un incendio ha dejado sin servicio de conexión a internet a los clientes de la empresa de telecomunicaciones gallega R.
Un total de 7 horas han tardados los técnicos en resolver la incidencia y ofrecer la conexión con total normalidad a los particulares y empresas afectadas por toda Galicia. Los abonados al servicio se han encontrado con un teléfono de atención al cliente insuficiente debido a la saturación de llamadas que se provocaron, y han comprobado como su proveedor no dispone de ningún procedimiento de emergencia ni método alternativo para garantizar la conexión contratada.
Todo ello debido a la pésima calidad de los servicios que las operadoras de telecomunicaciones no ofrecen si lo comparamos con nuestros países vecinos [recomiendo echarle un vistazo al artículo de wicho para La Voz de Galicia].
¿Está nuestra red preparada para entrar en eso que denominan el cloud computing? Sí, en los mercados están funcionando muy bien los llamados ultraportátiles o netbooks, equipos no muy potentes en cuanto a prestaciones que están ideados para el trabajo en red: navegar por internet, consultar el correo, usar almacenamiento on-line para guardar los documentos…
Pero ¿de que nos vale un equipo de estas características si nos quedamos sin conexión a internet? ¿o si los tiempos de espera al subir información se hacen eternos debido a que el operador no tiene en cuenta la velocidad de subida?
Antes de ofertar conexiones con velocidades fascinantes de las que luego no llegas a disfrutar, las empresas del sector deberían hacer un esfuerzo por ofrecer al consumidor un servicio de calidad, con una garantía de funcionamiento lo más elevada posible, acercándose a las tasas de velocidad contratadas y a un precio razonable.
PD: tengo que ser sincero y puntualizar que, en mi caso, llevo unos 4 años aproximadamente como cliente de R y esta es la primera vez que sufro un corte en el servicio de estás caracterísiticas.